Priorizar la oración: la práctica de orar por los demás

Al gran reformador Martín Lutero se le ha atribuido la cita: "Tengo tanto que hacer que pasaré las primeras tres horas en oración". Podríamos pensar que lo que dijo Lutero sobre la oración suena bien e incluso es una buena meta, pero tenemos demasiado qué hacer. Todos estamos realmente ocupados, sirviendo, pero usted debe tomar un tiempo para orar por los niños de su iglesia y de la comunidad en general donde vive.

Comprometerse a orar desinteresadamente por los demás (o interceder por ellos) es una actividad en la que todos podemos participar y que marca una verdadera diferencia, especialmente porque no siempre podemos estar con aquellos a quienes ministramos. Incorporar la oración intercesora en el papel de nuestros niños como hacedores de discípulos, mantiene nuestros corazones conectados con Jesús.

Como hacedores de discípulos, nuestro tiempo con los niños a los que servimos cada semana puede ser constante, pero breve, especialmente cuando comparamos los 90 minutos que podríamos pasar con ellos con las 168 horas de una semana. Sin embargo, incluso con tiempo limitado, podemos guiarlos a la práctica de la oración y la intercesión.

Cuando miramos a Jesús, vemos a un hombre que priorizó la oración a lo largo de Su vida y liderazgo. En Juan 17, Jesús nos da un hermoso ejemplo. De hecho, su oración por sus discípulos es una de las últimas cosas que hace antes de Su arresto, juicio y crucifixión. Él sabía que, si bien no podía estar con Sus discípulos durante lo que sería uno de los momentos más turbulentos de sus vidas, puede encomendarlos al Padre en oración.

No siempre podremos recorrer los dolorosos caminos de la vida con los niños a quienes servimos. Encontrarán el mal, el dolor, la enfermedad y los efectos del pecado en este mundo caído; pero podemos y debemos estar continuamente en oración por ellos, intercediendo por ellos ante nuestro Padre Celestial. Y no tiene por qué ser difícil.

Simplemente diga una pequeña oración cuando esté en un semáforo, esperando en una fila o dondequiera que esté. La oración marca la diferencia y usted puede continuar orando por los niños a los que sirve sin importar dónde y cuándo pueda.

¡Regístrese ahora para participar del Día de Oración por la Niñez y Juventud de América! Cada oración cuenta. Sea parte de esta jornada de amor y compasión, donde nuestras voces unidas pueden transformar vidas, familias y comunidades enteras.


Artículo escrito en inglés por Mike Handler. Mike es el director de comunicaciones de Awana. Tiene 18 años de experiencia en negocios y ministerio, incluyendo pastoreo, plantación de iglesias y liderazgo. A través de interesantes narraciones y colaboración, ayuda a los líderes a comprender la cultura y resolver problemas de manera creativa. Mike y su esposa Erin tienen cuatro hijos.


Awana sirve globalmente a las familias, iglesias y organizaciones para que los niños y jóvenes sean formados como discípulos resilientes de Jesucristo. 

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